sábado, 13 de marzo de 2010

CAPÍTULO 16. PARANDO EL MUNDO.

Estoy cansado de andar amigo, la lengua roza este sucio suelo y la llevo áspera como la de un gato.
¿Quieres que vayamos más despacio?

No, lo que quiero es parar. Quiero quedarme quieto y detener mi mundo ya que no puedo congelar lo que me rodea.

Paralizarme a mi mismo y pensar, sólo meditar en lo que hago, en lo que he hecho, si me siento bien conmigo mismo, si me encuentro sólo o me sobra gente, pensar en la felicidad y lo que representa, en la rapidez con la que se pasa la vida y a la vez tan despacio.


Debatirme a mi mismo porque hago cosas que creo que no están bien y porqué las cosas justas nunca son recompensadas.

Porqué gozo de dos personalidades tan distintas y definidas.

Resolver si existe o no camino de salida, si existen atajos o largos recorridos.

Si es lógico lo ilógico.

¿Por qué ansío el sol y cuando me recompensa con su luz y calor, siento frío y rechazo?.

¿Por qué me encanta la oscuridad mientras que ansío el sol?.

¿Por que desear lo que no tengo y repudiar mis pertenencias?.

Gran cantidad de preguntas me quitan el sueño y mi mente no deja de intentar solucionar utopías.

No es bueno parar el mundo si no estás preparado para afrontar verdades.

Todo pasa desapercibido con la velocidad del día a día y la rutina.

Todo pasa de forma melancólica y monótona pero inapreciable.

No se que esperar de la vida. Puede que sea demasiado exigente, puede que demasiado inconformista.

Está hecha de pequeños momentos de todo y grandes de la mayoría.

El tiempo nos da la razón como a los tontos, cuando ya no hay forma de volver atrás. Nos da la razón para crearnos la desesperación de la equivocación y el error cuando ya no hay remedio.

Por eso yo paro mi mundo en el presente. No me gusta mirar atrás. No quiero sentirme necio e intento ilustrarme mi futuro.

Cada día somos más viejos amigo, y no tenemos reversa.

Tampoco aprendemos hasta que la solución es el caos.

Procuro crear mi propia utopía, reflejar mi deseo de lo perfecto y no lo consigo.

Nada hay perfecto si no es para rozar la nebulosa de los sueños.

No entiendo la teoría de la vida y mucho menos la práctica.

No entiendo la creación en sí, el motivo de nuestra existencia.

No entiendo tantas cosas...

¿He de ser yo, ser insignificante, quién tenga en su espalda el peso depresivo de la felicidad común?.

No soy tan importante para interrumpir el curso del mundo de nadie, por eso malgasto el mío.

Mañana me daré cuenta que he desperdiciado mi tiempo, algún día meditaré mi pasado, mi presente y no tendré futuro.

Mañana pensaré en mí por encima de todas las cosas y ya nadie ni nada podrá dañarme.

Mañana mi amiga soledad abandonará el camino que tanto hemos seguido juntos, pues mis pies o los suyos estarán llenos de llagas y se negarán a seguir.

Mañana quizá no despierte, quizá Morfeo me ataque en la noche y gobierne mis sueños, engrilletándome a su mundo.

No se puede controlar todo. No se puede...

Acabo de darme cuenta que mi interior es cobarde, lleno de miedos, mientras que mi apariencia es de guerrero y luchador, es el escudo que protege al parásito.

Siempre a predominado el segundo...¿pudiera ser que no debiera ser así?.

¿Sería posible alcanzar el paraíso siendo un eterno temeroso?.

Creo que te haces demasiadas preguntas, interrumpió mi amigo...creo que a lo mejor sería conveniente no preguntarte tanto porque no tienes la respuesta a todo...creo que pudiera ser mejor vivir más en la ignorancia de lo que lo haces...creo que piensas demasiado, te auto infringes heridas y auto mutilas tu alma...creo que esta vida para ti sería mejor sumido en la ignorancia y la cotidianiedad.

Esto hizo bajar mi vista a mis manos, revisé mis cicatrices y recordé las que me aportó la vida y tenía por el resto del cuerpo. Me dí cuenta que mis tatuajes no eran sino cicatrices auto impuestas que me recordarían siempre por el resto de mis días mis equivocaciones, que me hacen presente mi castigo.

Me dí cuenta porque hace tiempo lo observé hacer lo mismo a él...

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