jueves, 20 de enero de 2011

CAPÍTULO 22. SUEÑO, VIVO Y OIGO.

Sueño y vivo en otro lugar, en otra dimensión, donde me encuentro arropado.
Me da miedo volver a la consciencia, a la realidad, enfrentarme a caras desconocidas o conocidas que no reconozco.
Mientras todo me huele a alcohol, a muerte y en definitiva a hospital intenso, me debato a mi mismo sobre mis interioridades más oscuras.
Tengo ambas opciones, quedarme en mi mundo o volver al de todos, pero la indecisión me supera, pues donde me siento seguro, me siento sólo y sin embargo me asusta todo el que me acompaña.
Escucho la puerta de la habitación y sin verla, la imagino abrir.
La enfermera a llegado y se dirige a la máquina que controla los latidos de mi corazón.
Seguimos igual, ¿eh?, pregunta dirigiéndose a mi persona.
Te estoy hablando...continúa, acercándose a mi oído...
Ya puedo sentir su aliento en mi oído, cuando me dice:
Se que me oyes y me escuchas...quiero que sepas que me encantan tus lamentos y que no tienes que disimular conmigo, no tengas prisa en volver, pues tu profundidad es mi sustento, mi alimento y quiero seguir devorándote.
Me quedo perplejo y no se si es real lo que me sucede o fruto de la medicación, de mi imaginación...
Regresa escucho...vuelve al lugar de donde vienes...no tengas prisa...continúa...
Me asusto y me acelero, me desvanezco, se me va la cabeza y me rindo ante sus palabras.